El Gènesis del Revès

En el principio, los humanos después de poblar  y  haberse extendido

por todo el planeta tierra, desarrollaron una nueva forma de vida, los

retoñosramera,  y vieron que estaba bien, solo  dispusieron una imposición.

¡pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debéis

comer de él por que el día que lo hagáis, el pueblo se levantara y una gran

revolución se concebirá.¡

Ahora bien, un día la serpiente se acerco y empezó a  decir a uno de los

Retoñoramera , ¿porque hacéis caso a los humanos? ellos saben que desde

el momento que comáis del árbol, el conocimiento y el deseo os inundaran

y llegareis a ser mas que ellos.

Mijailoz, así se llamaba el primer pensante, que en esa gran  mesa redonda

intentaba  persuadir  al resto de su ralea.Pasadas unas horas, todos estaban

convencidos. Instantes después comenzaron a degustar los frutos del árbol

prohibido.

Después de repartirse el mundo,!yo me quedo con los pozos de petroleo!.

¡yo con las minas de diamantes.¡. !Yo me encargare de las guerras, así que

me  haré cargo de las armas¡. ¡La banca y los gobiernos serán mías¡ exclamaba

Benjhon.

De pronto un ser diminuto, cuya cabeza superaba de forma desproporcionada su

cuerpo sugirió,!Habrá descontento en los humanos y se revelaran contra nosotros¡

después de muchos murmullos surgió la gran pregunta.! Y como podemos evitarlo¡

y casi antes de terminar la pregunta, él minúsculo personaje tenia una respuesta

preparada. “ ¡Ellos no tienen conocimiento, propongámosles un ser superior que

sea quien guíe sus pasos, que cuando les vaya bien le veneren y en los tiempos

de sufrimiento se convierta en su máxima esperanza¡. ¡Abrà que darle un nombre

replico uno de los asistentes¡.Y después de un gran debate, alguien sugirió, ¡Le

llamaremos Dios y valdrá para todos, blancos, negros amarillos, colorados¡.

Era un placido día de domingo, la ciudad descansaba en paz , sus moradores

disfrutaban de su día de asueto, pero algo ocurrió, no se sabe como fue, pero

paso, y descubrieron un mañana donde el principio y el fin se juntaron, y no había

forma de saber donde empezaba uno y terminaba el otro