El otro día un chaval caminaba por la calle lentamente,
con un gran aire de seguridad en si mismo, cuando de
pronto sintió que su cuerpo ya no le pertenecía,
sus piernas se balanceaban y allí estaba èl entre el cielo
y el suelo hasta que la gravedad realizo su trabajo
haciéndole golpearse bruscamente contra este. Los pensamientos
de Julián eran dispares, aunque había uno que dominaba por encima
del resto.!Joder una cáscara de plátano, me parece increíble que
esto me pase a mi!.Horas después se encontraba en un centro de
urgencias, donde tras las pruebas de rigor, le comunicaban que tenia
una rotura y que en unos días habría que operar.
Es la calle del Bicho numero nueve, el moro y el chulo llaman
al telefonillo, intentando localizar a Julián. Este les invita
a subir a casa.
!esto es lo que hay, esta semana vamos hacer un atraco, ¿si te
apuntas?!,comenta el moro al deteriorado Julián, a lo que este
responde,!pero ¿me has visto?, si tengo el brazo a piñón fijo!.
!Que putada!.Y con esta frase se batieron en retirada los
profesionales del crimen.
Son las siete menos cuarto en la ciudad, Julián se apresura, es
el momento de que los profesionales de traumatología le reparen
el desaguisado que un desaprensivo creo con un trampa resbaladiza
en la acera.!desnúdese y túmbese en la camilla!, le ordena una mujer
delgada, de nariz aguileña, enfundada en un traje verde.!pero oiga si yo venia!.Y antes de que Julián pudiera terminar la
frase.!Túmbese, cállese, y déjenos hacer nuestro trabajo!.
Han pasado mas de ocho horas, cuando nuestro protagonista se incorpora
en la camilla donde se encuentra tumbado con la impresión de haber
tenido una mala noche de alcohol y drogas, lentamente va recuperando
su consciencia con otra mala sensación, es como si algo le faltase.
De pronto le cambia el semblante y se transforma en la cara del horror,
bruscamente retira la sàbana, abre las piernas y su mirada queda perpleja
al descubrir que su objeto mas valioso, su herramienta de matar como
el la definía, su pene había desaparecido. Extendió su mano y comenzó
la búsqueda desesperada, buceando por todos los rincones, donde solo
encontró un lugar profundo, recóndito que le llevaba hasta sus mismísimas
entrañas. Sudoroso, espasmódico abrió los ojos, reconociendo toda aquella
habitación, sus objetos, sus detalles, el alivio y la relajación le inundaron
por completo,!ahh¡ !era un sueño¡.
La tenue luz que pasa a traves de las cortinas crea una atmósfera romántica
mientras los cuerpos retozan sudorosos cargados de placer,!mas, mas ¡grita
Julián con los ojos cerrados, en ese instante una explosión de éxtasis inunda
hasta su alma. Tras un sigiloso silencio, una voz disgustada con cierto aire
de encrespamiento, se deja oír !Yo no he terminado¡.Al abrir los ojos Julián
se encuentra una escena que le provoca un estado de shock, un hombre cabalgando
entre sus piernas, durante un momento la respiración se entrecorta mientras
observa el miembro viril de aquel personaje, de un empujón se lo quita de
encima e intenta buscar el suyo que ya no esta, nuevamente explora hasta
profundizar en el abismo de su naturaleza .Con una gran descarga eléctrica
recorriendo todo su ser se levanta de la cama despertando de la conmoción
con un grito de exclamación !por dios¡,!otro sueño¡.
Momentos después comenzó a meditar, pensamiento que termino por llevarle al
deseo de operarse en un hospital privado.
Para subsanar el problema económico que aquella reflexión le había generado
llamo a sus amigos y les convenció para que volvieran a contar con él.
El día D y la hora H han llegado, por la carretera circula una caótica
furgoneta, que va perdiendo aceite contaminando el aire con olas de humo
negro, en donde sus ocupantes disponen el reparto de armamento.
!las pistolas para nosotros, la recortada para Julián ¡comenta el Moro
mientras el chulo la fija con precinto en el brazo lesionado, saca un
periódico viejo y lo pone encima, !así pasaras inadvertido¡ balbucea con
sorna.
!Todos al suelo, esto es un atraco¡ grita desesperadamente Julián, mientras
sus compañeros, cargan las bolsas con el botín. Seis minutos de duración
y el proyecto parece todo un éxito, hasta que abren las puertas y descubren
la realidad que no es otra que la de estar bloqueados por un sin fin de coches
de policía, con mas de una docena de profesionales de la seguridad apuntándoles
con sus pistolas. El mas joven un tanto nervioso les grita !dejar las armas en el
suelo y salir con los brazos en alto¡.El primero en hacerlo es el chulo que con
esa sonrisa jocosa dibujada en su cara se entrega, para que acto seguido el moro sea
sometido y encerrado en uno de los vehículos. De pie en el centro de la puerta Julián
no da crédito a lo que ven sus ojos.!Tire el arma y ponga las manos en alto¡ ,vociferan
desgañitándose los agentes. El intento de que la articulación responda es inútil
esta totalmente bloqueada. Se adelanta unos pasos para poder dar una explicación
mientras una detonación estruendosa se apodera del ambiente. Momentos después
Julián cae arrodillado enfundado en una camisa de sangre con un profundo
agujero en el pecho, y los parpados plegándose prohibiendo la entrada de la luz
dando paso a la mas profunda oscuridad.!Eres un sueño?¡,!Eres un sueño?¡divagaba
un insignificante pensamiento diluyéndose en el estado de las sombras.
!¿Quien sabe si despertó?¡.....
Fin